Hubo un señor muy gordo que a su médico pidió
una dieta para adelgazar. El médico que bien le conocía y sabiendo que no
atendería a ninguna dieta, le dijo que a partir
de aquel día debía tomar la mitad de todo lo que hasta ahora comía en un día
normal. De todo. Pero siempre, la mitad. La dieta de la mitad debía
enriquecerla con media hora de paseo todos los días.
El paciente a pesar de la idiotez que le pareció
la dieta sugerida, decidió llevarla a cabo, aunque sólo fuera para poder echar
en cara algún día a su médico lo nefasto de sus indicaciones. Pero no hubo
necesidad porque al cabo de los meses con la dieta de la mitad, el paciente
adelgazó.
Empieza a ser clamor popular que en España igual
hay demasiados políticos, demasiadas instituciones, demasiados complementos en
sueldos ya de por sí altos… ¿Igual la dieta de la mitad no nos vendría mal?
Estoy segura que muchos pensarán que es una idiotez, como el señor gordo,
y que es fruto de la ignorancia de quien no conoce la dificultad de llevar a
cabo dichas medidas. Seguro que es muy complejo e imposible de materializar a
corto plazo, no lo dudo. Pero es que ya no nos queda tiempo. Adonde hemos
llegado y adonde podemos llegar, si esto no lo para alguien, requiere medidas
radicales; y si el barco puede navegar con la mitad de tripulación, pues
adelante. Sin miedo.
Mientras debaten y debaten, aquí, en el mundo real, todavía quedan Grandes y, donde no están llegando
los bancos está llegando la familia y los amigos, dando lo poco que tienen, a
interés cero y plazo de devolución sine die.
Donde no llegan las instituciones, porque no hay
dinero, está llegando Cáritas y sus voluntarios. Cáritas siempre al lado de la necesidad actualizada, el lema escogido este año no puede ser más acertado "vive sencillamente, para que otros, sencillamente, puedan vivir".
Aquí la gente de a pie, derrocha generosidad porque es lo
único que le sobra.
Y lo mismo te encuentras una chica que es “payasa", La Payasa Tomasa y que remueve cielo y tierra para conseguir el dinero necesario
para un chaleco respiratorio que haría la vida más sencilla a Miguel Ángel, un niño de seis años con
fibrosis quistica pulmonar, y que un día se cruzó en su vida cuando llevaba ilusión a los
niños enfermos de un hospital.
O Francisco, que es escritor, bloguero, que está
enredado en un periódico digital y en las redes hasta el infinito y más allá; y
no creo que le sobre ni el tiempo, ni el dinero, pero decide editar un libro y
que los beneficios vayan a parar a Cáritas.
O Paz que por si no estuviera metida en mil
tinglaos decide participar en un proyecto de investigación de la enfermedad de
Alzheimer. Valiente como ella sola, Paz, sin pensárselo demasiado y consciente de que
a cualquiera le puede tocar, allá que se lanza sin paracaídas.
Son historias pequeñas, recientes, de gente
normal; como la mayoría somos y que todos podríais empezar a contar y no parar. Son pequeñas historias de Grandes que no se han parado a pensar si pueden resolver
la prima de riesgo, sino que se han tirado a la piscina sin mirar el riesgo,
porque alguien se está ahogando.
Ojalá y quienes tienen en sus manos la difícil
tarea de gobernar la nave con este temporal, encuentren pronto la manera de
llevarnos a todos a puerto, sin
naufragar.
Feliz día
Muy buen post Inés! La dieta de la mitad hace falta en la altas esferas, no tengo duda de ello. Pero mientras tanto, esperemos seguir contando con esa gente cercana que nos ayuda y que damos lo que tenemos de manera totalmente desinteresada. Los grandes son los cercanos, los amigos, la famalia, los de siempre...esos son los grandes :-)
ResponderEliminarGracias Andando por las nubes!
EliminarBuen día!
Felicidades Inés. Precioso post y muy realista. Gracias por compartirlo. Feliz dia a ti también. Y ánimo con tus proyectos.
ResponderEliminarGracias Jesús!
EliminarUn beso grande
Gran post Ines.
ResponderEliminarYa te digo si son grandes, grandiiiiiisimos!!!
Gracias Alberto!
EliminarUn beso grandre